TEATRO DE CHILE nace el 2001 a partir de la motivación de un grupo de estudiantes de actuación y diseño de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile de generar procesos creativos en los que la experimentación y la investigación fueran el eje central. Durante sus 15 años de existencia, la compañía entendió el escenario como un lugar para poner a prueba conceptos, paradojas e ideas surgidas del pensamiento filosófico contemporáneo, siendo reconocida por la entrega de trabajos de alta calidad que resultan de procesos extensos de laboratorio, trabajando en largos períodos de investigación teórica y escénica.
Su primer montaje, PRAT (2002), escrita por Manuela Infante y dirigida por María José Parga y Manuela Infante, pone a la compañía en la mira de la opinión pública con su recreación del héroe nacional Arturo Prat. Más tarde, continuando en la línea de los personajes históricos y profundizando en el desarrollo de una metodología de trabajo, Teatro de Chile aborda la creación de JUANA (2004), particular revisión de la vida y obra de Juana de Arco. Este segundo trabajo, aplaudido por la audiencia y la crítica, posiciona a la compañía en el panorama teatral emergente y profesional.
El año 2005, Infante escribe NARCISO, montaje que se estrena bajo su dirección; en este trabajo la compañía aborda una investigación en torno al sujeto contemporáneo, poniendo además un fuerte acento en el trabajo físico. Con este montaje, Manuela Infante es reconocida con un doble premio Altazor – Dramaturgia y Dirección – el año 2006.
Ese mismo año se estrena en Santiago REY PLANTA, escrita por Infante y dirigida por Juan Pablo Peragallo, monólogo de un rey en estado vegetal que plantea una reflexión acerca del poder y los mecanismos invisibles a través de los cuales éste opera.
El quinto trabajo de la compañía es CRISTO, que, al igual que todos sus proyectos anteriores, se caracteriza por ser el resultado de un largo periodo de investigación escénica, donde el estudio teórico, la generación de una dramaturgia desde el interior del proceso y la experimentación con el lenguaje audiovisual resultan fundamentales para concebir la puesta en escena. Con este trabajo, Teatro de Chile reafirma su trayectoria en la escena teatral chilena, obteniendo una excelente recepción del público y la crítica, recibiendo además invitaciones a festivales en Europa y América Latina.
Durante 2009, y en el marco de la 2da versión del Festival Teatro Container, Teatro de Chile estrena ARTURO, una revisión de su primera obra, Prat, dirigida por Juan Pablo Peragallo. En 2010 se estrena ERNESTO, una coproducción de la compañía Teatro de Chile y FITAM, en el contexto del Bicentenario de Chile: a través de una pieza clave del teatro del 1800, la compañía es invitada a realizar una reflexión en torno al país y su proceso independentista.
El 2009 Teatro de Chile obtuvo un Fondart Bicentenario para el Fortalecimiento de Elencos Estables. Este fondo estaba destinado a financiar las actividades del grupo por un período de dos años y fue otorgado en reconocimiento a la calidad y la estabilidad de la compañía. En este contexto, Teatro de Chile inicia un nuevo e intenso proceso de creación y experimentación: para la obra MULTICANCHA, el grupo se sometió a un año de entrenamiento deportivo. Esta obra – por primera vez sin texto – ofrece una mirada desde la escena al drama vacío del deporte, como metáfora de nuestra obsesión como sociedad por el crecimiento. MULTICANCHA fue estrenada en Octubre de 2010 y realizó itinerancias por Santiago y la V Región.
El 2011 y 2012 la compania estrena dos obras del destacado dramaturgo nacional Alejandro Moreno Jashés, BERLIN NO ES TUYO, dirigida por Juan Pablo Peragallo y LOROS NEGROS, dirigida por Manuela Infante.
En 2013 se estrena ZOO, una coproducción de Teatro de Chile, FITAM y el IX Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) que replica la experiencia de los “zoológicos humanos”, recogiendo las observaciones de Darwin en su bitácora de viaje a Tierra del Fuego.
Estrenada en 2016, REALISMO fue el último montaje de la Compañía Teatro de Chile. Basándose en las ideas de la corriente filosófica “Realismo Especulativo”, la compañía buscó poner en crisis la noción moderna del ser humano como medida de todas las cosas, insistiendo en la independencia de las cosas de nuestras conceptualizaciones de ellas.
